sábado, 24 de agosto de 2013

Crónica de una ¿demencia anunciada?


Por Cerebrum* 
"La vida no es la que uno vivió , sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla"
"Life is not what one lived, but what one remembers and how one remembers it in order to recount it" 


En la novela "Cien años de Soledad", del Maestro Gabriel García Márquez se hace una hermosa descripción de una terrible plaga cuyo síntoma más devastador no era la imposibilidad para dormir, sino el olvido de los nombres de cosas y la noción de las mismas.

Si leíste la novela, sabrás de qué escribo. En caso de que no, este sería un momento adecuado para la reivindicación, aquí: Cien Años de Soledad- GGM

En el realismo mágico, género de esta novela, los eventos clave no tienen explicación lógica o psicológica es decir, el misterio no proviene del mundo representado sino en lo que se encuentra detrás de él. Permíteme aclarar lo anterior: A través de la novela las líneas entre la realidad objetiva y los sueños se encuentran difuminados. Por ejemplo, el personaje de Mauricio Babilonia es un mecánico que siempre se encuentra rodeado de mariposas amarillas. Remedios "la bella" es demasiado bella e inocente para la descomunal lascivia de los hombres de Macondo (que es la mítica población donde la historia se desarrolla), así que un día remedios asciende a los cielos mientras se encontraba doblando ropa. En este género literario, el mundo es imaginado no con tradicional racionalismo, sino creando realidades alternas que sólo coexistían en las vidas de los residentes de Macondo. 

¿Por qué querría abordar este tema? Si bien, leer como previamente había publicado es una fuente fortalecedora de sinapsis; en esta obra literaria, sucede una bella descripción que previamente en neurología no se había descrito. 

En Macondo, invadió una plaga a los habitantes, quienes tomaron precauciones para evitarla. Aunque inicialmente los habitantes no se alarmaron pues en voz de Jose Arcadio Buendía se decía con buen humor: 

"si no dormimos nuevamente, podremos tener más de la vida". 

Desafortunadamente, como parte de esta enfermedad estaba la inexorable evolución hacia una manifestación más crítica: la pérdida de memoria. El primero en notarlo fue Aureliano Buendía, que debió poner etiquetas por doquier para recordar el nombre de las cosas. Luego los habitantes se las ingeniaron para hacer práctica su vida cotidiana con el estratega iniciador: José Arcadio quien ideó "combatir" los efectos de pérdida de memoria (que inició con la acción de colgar un letrero en el cuello de una vaca); bellamente ejemplificado en el siguiente fragmento: 

El letrero que colgó en la cerviz de la vaca era una muestra ejemplar de la forma en que los habitantes de Macondo estaban dispuestas a luchar contra el olvido: Ésta es la vaca, hay que ordeñarla todas las mañanas para que produzca leche y la leche hay que herviría para mezclarla con el café y hacer café con leche.

Ahora imagina la importancia de esto: José Arcadio se da cuenta que la pérdida de memoria va más allá de los olvidos de nombres o de colgar letreros en cada cosa, sino que el animal es importante en la producción de leche y por extensión, de café. (Horrible, ¡sin vaca no hay café con leche!) Este signo encapsula no sólo el nombre de la vaca, pero su propósito o su conexión semántica con otros objetos. Las alteraciones cognitivas experimentadas por los habitantes de Macondo demuestran lo que se observa en la demencia semántica (DS), un síndrome clínico caracterizado por el rompimiento del conocimiento conceptual (conocimiento=memoria semántica) en el contexto de una memoria preservada día a día (experiencias=episódica).

Demencia. (del latín de-"alejado" + mens (genitivo mentis)- "mente")

La DS fue por primera vez reconocida después de que Warrington en 1975, quien describió 3 pacientes con anomia progresiva acompañado de pérdida de palabras y comprensión de imágenes. Estas alteraciones eran aparentes en ausencia de trastorno sintáctico o fonológico del lenguaje o las capacidades perceptuales/visuoespaciales cotidianas. Cien años de Soledad se escribió entre 1965 y 1966, es decir antes de la descripción médica inaugural.

De este tipo de trastornos (afasia progresiva) surgieron luego dos variantes: fluente (que concuerda con la descripción de Warrington) y no fluente (lenguaje dubitativo con agramatismo y parafasias fonémicas pero comprensión relativamente conservada). 

La DS, se reconoce ahora como una variante del espectro de la degeneración lobal fronto-temporal. Los pacientes con DS usualmente buscan atención médica porque presentan anomia prominente y frecuentemente parafasias semánticas. Tienden a reemplazar palabras específicas con términos generales (gr. cosa por silla) o prototipos de miembros de misma categoría (gr. perro por rinoceronte). También tienen dificultad para entender el significado de las palabras y usualmente expresan su falta de familiaridad con preguntas como: "¿Vaca? ¿Qué es una vaca?" Sin embargo, su habla es fluente, gramaticalmente correcta y libre de errores fonológicos.

Los pacientes con DS, tienen problemas para nombrar imágenes, pruebas de asociación palabra-imagen y de conocimiento semántico asociativo. Cuando se les pide que dibujen varios animales, realizan criaturas de cuatro patas, pero no incluyen las características distintivas a cada uno, además de que pueden tener problemas para la selección de color de cada animal (como dibujar un elefante de color verde). No pueden visualizar/planificar el futuro. Sin embargo, estos pacientes funcionan adecuadamente en sus actividades cotidianas.
Regiones cerebrales clave, implicadas en recordar el pasado e imaginar el futuro. Tomado de Irish et al., 2012; Nat Rev Neurol 8:152-161


Estudios por resonancia magnética muestran atrofia focal de córtex temporo-polar y perirrinal  así como el giro fusiforme. La integridad estructural de estas áreas ha mostrado correlato con el desempeño en tareas de memoria. Mientras la enfermedad progresa, la atrofia también puede ser evidente en estructuras del lóbulo temporal medial y regiones frontales ventromediales.
Patrón típico de atrofia en demencia semática. En esta imagen podemos observar la atrofia de lado izquierdo en lóbulo temporal anterior y polo temporal; regiones cruciales para el conocimiento general del mundo que nos rodea.

García Márquez especula las estrategias de contienda de una pequeña comunidad contra la disolución de un significado. Esta descripción sirve como testimonio al gran reto que la pérdida progresiva de conocimiento semántico confiere y algo que no podemos obviar: la necesidad humana de mantener la esperanza durante tiempos difíciles.

Inicialmente todos los habitantes aplicaron el método de José Arcadio de etiquetar cosas con todo y su función. Colocaron un gran letrero que decía Macondo y otro en la calle principal que decía "Dios Existe" (por si a alguien se le ocurría obviarlo). Además de que en cada casa estaban las pistas y sentimientos evocados para cada objeto que se encontrara dentro de las mismas.


Listado de un paciente a lo largo de 32 años, que refleja su intento de retener información básica autobiográfica, como recuerdo de su identidad en todo momento. La mención de Bethlehem (Belén) indica la importcia de la religión en su vida, mostrando como este diario-planificador es crucial para su auto-identificación.
De esta manera, José Arcadio construyó una enciclopédica "máquina de memoria", para que las palabras tuvieran sentido, mecanismo cerebral evolutivo.

Aún cuando García Márquez consideró su obra como una "divertida fantasía", prueba  que el poder de las palabras y los nombres de cada día son foco de distorsión en los pacientes que tienen la DS.

Los pacientes y personajes intentan preservar este significado, que vívidamente es base para preservar la identidad. 


En Julio del año pasado, surgió la noticia que el Mtro. GGM (premio Nobel en 1982) padecía de un tipo de demencia: demencia senil. El Alzheimer constituye 65% de los casos de este tipo de demencia; el resto corresponde a causalidad de pequeños infartos cerebrales o a la fase avanzada de un trastorno neurodegenerativo. Su hermano Jaime, dió el comunicado de que no habría vol. II  de su última obra "vivir para contarla". Sin embargo, el legado de este escritor colombiano a la literatura es invaluable y prolijo.